martes, 20 de mayo de 2008

CANICAS ROJAS

Durante los duros años de la depresión, en un pueblo pequeño de Idaho, USA, solía parar en el almacén del Sr. Miller para comprar productos frescos de granja. La comida y el dinero faltaban y el trueque se usaba mucho. Un día en particular, el Sr. Miller me estaba empaquetando unas papas. De repente me fijé en un niño pequeño, delicado de cuerpo y aspecto, con ropa roída pero limpia que miraba atentamente un cajón de arvejas frescas maravillosas.

Pagué mis papas pero también me sentí atraído por el aspecto de las arvejas. Me encanta la crema de arvejas y las papas frescas! Admirando las arvejas, no pude evitar escuchar la conversación entre el Sr. Miller y el niño.

Hola Barry, como estás hoy?» Hola Sr. Miller. Estoy bien , gracias. Solo admiraba las arvejas... se ven muy bien.» Sí, son muy buenas. ¿Cómo está tu mamá?» Bien. Cada vez más fuerte.» Bien. ¿Hay algo en que te pueda ayudar?» No Señor. Sólo admiraba las arvejas.»¿Te gustaría llevar algunas a casa?» No Señor. No tengo con que pagarlas.» Bueno, qué tienes para cambiar por ellas? Lo único que tengo es esto, mi canica más valiosa.» ¿De veras? ¿Me la dejas ver?» Acá está. ¡Es una joya!» Ya lo veo. Mmmm... el único problema es que ésta es azul y a mí me gustan las rojas. ¿Tienes alguna como esta, pero roja, en casa?» «No exactamente, pero casi.»Hagamos una cosa. Llévate esta bolsa de arvejas a casa y la próxima vez que vengas muéstrame la canica roja que tienes.»Desde ya! Gracias Sr. Miller.»

La Sra. Miller se me acercó a atenderme y con una sonrisa me dijo: «Hay dos niños más como él en nuestra comunidad, todos en situación muy pobre. A Jim le encanta hacer trueque con ellos por arvejas, manzanas, tomates, o lo que sea. Cuando vuelven con las canicas rojas, y siempre lo hacen, él decide que en realidad no le gusta tanto el rojo, y los manda a casa con otra bolsa de mercadería y la promesa de traer una canica color naranja o verde tal vez.»

Me fui del negocio sonriendo e impresionado con este hombre. Un tiempo después me mudé a Colorado pero nunca me olvidé de este hombre, los niños y los trueques entre ellos. Varios años pasaron, cada uno más rápidamente que el anterior. Recientemente tuve la oportunidad de visitar unos amigos en esa comunidad en Idaho. Mientras estuve allí, me enteré que el Sr. Miller había muerto. Esa noche sería su velorio y sabiendo que mis amigos querían ir, acepté acompañarlos.

Al llegar a la funeraria, nos pusimos en fila para conocer a los parientes del difunto y para ofrecer nuestro pésame. Delante nuestro, en la fila, había tres hombres jóvenes. Uno tenía puesto un uniforme militar y los otros dos unos lindos trajes oscuros con camisas blancas. Parecían profesionales. Se acercaron a la Sra. Miller quien se encontraba al lado de su difunto esposo, tranquila y sonriendo. Cada uno de los hombres la abrazó, la besó, conversó brevemente con ella y luego se acercaron al ataúd. Los ojos azules llenos de lágrimas de la Sra. Miller los siguió uno por uno mientras cada uno tocaba con su mano cálida la mano fría dentro del ataúd. Cada uno se retiró de la funeraria limpiándose los ojos.

Llegó nuestro turno y al acercarme a la Sra. Miller le dije quién era y le recordé lo que me había contado años atrás sobre las canicas. Con los ojos brillando, me tomó de la mano y me condujo al ataúd.«Esos tres jóvenes que se acaban de ir son los tres chicos de los cuales te hablé. Me acaban de decir cuanto agradecían los «trueques» de Jim. Ahora que Jim no podía cambiar de parecer sobre el tamaño o color de las canicas, vinieron a pagar su deuda.

«Nunca hemos tenido riqueza» -me confió- «pero ahora Jim se consideraría el hombre más rico del mundo.» Con una ternura amorosa levantó los dedos sin vida de su esposo. Debajo de ellos había tres canicas rojas exquisitamente brillantes.

Moraleja
No seremos recordados por nuestras palabras , sino por nuestras acciones.
La vida no se mide por cada aliento que tomamos sino por las cosas que nos quitan el aliento.
Hoy te deseo un día de milagros comunes, tal como una cafetera de café fresco que otro te preparó, una llamada inesperada de un viejo amigo, semáforos verdes camino al trabajo.
Te deseo un día de cosas pequeñas de las cuales estar agradecido: la fila más rápida en el supermercado, una canción favorita en la radio, encontrar tus llaves justo donde buscas.
Te deseo un día de felicidad y perfección; pequeños trozos de perfección que te hagan sentir que Dios te está sonriendo, sosteniéndote tan tiernamente porque eres alguien especial y único.
Te deseo un día de paz, felicidad y dicha.

lunes, 12 de mayo de 2008

EL NUDO EN LA SÁBANA

En una junta de padres de familia de cierta escuela, la Directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible.

Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres de la comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños. Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.

Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.

Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sábana.

Eso sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo. Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos. La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre, era uno de los mejores alumnos de la escuela.

El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros. Aquél padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.

Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento. Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquél hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías.
Es válido que nos preocupemos por las personas pero es más importante que ellas lo sepan, que puedan sentirlo. Para que exista la comunicación, es necesario que las personas "escuchen" el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras. Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla, el miedo a la oscuridad.

Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aún y cuando el gesto sea solamente un nudo. Uno lleno de afecto y cariño.

VIVE DE TAL MANERA QUE CUANDO TUS HIJOS PIENSEN EN JUSTICIA,
CARIÑO, AMOR E INTEGRIDAD, PIENSEN EN TI.

El condenado a muerte


Esto fue recopilado de una revista ("Súper Interesante", Brasil) de julio 2002


La mente humana graba todo lo que le es enviado, sea a través de palabras, pensamientos o actos, suyos o de terceros, sean positivos o negativos, basta con que usted los acepte. Esa acción siempre sucederá independientemente de si trae resultados positivos para usted.


Un científico de Phoenix, Arizona quería probar esa teoría. Necesitaba un voluntario que llegase a las últimas consecuencias.Lo consiguió en una penitenciaría. Era un condenado a muerte que sería ejecutado en la penitenciaría de St. Louis en el estado de Missouri donde existe la pena de muerte ejecutada en la silla eléctrica.


Propuso lo siguiente: él participaría de un experimento científico, en el cual sería hecho un pequeño corte en el pulso, lo suficiente para gotear su sangre hasta la última gota. El tenía la oportunidad de sobrevivir, en caso que la sangre coagulase. Si eso sucediera, él sería liberado; en caso contrario, el fallecería por pérdida de sangre, o sea, una muerte sin sufrimiento y sin dolor.El condenado aceptó, pues era preferible eso a morir en la silla eléctrica, además tenía una oportunidad de sobrevivir.


El condenado fue colocado en una cama alta, de hospital, y amarraron su cuerpo para que no pudiera moverse. Hicieron un pequeño corte en su pulso. Abajo de su pulso, fue colocada una pequeña vasija de aluminio. Se el dijo que oiría su sangre gotear en la vasija. El corte fue superficial y no alcanzó ninguna arteria o vena, pero fue lo suficiente para que él sintiera que el pulso fue cortado. Sin que él supiera, debajo de la cama había un frasco de suero con una pequeña válvula. Al cortar el pulso, fue abierta la válvula del frasco para que él creyese que era su sangre la que caía en la vasija. En verdad, era el suero en el frasco lo que goteaba.


De 10 en 10 minutos, el científico, sin que el condenado lo viera, cerraba un poco la válvula y el goteo disminuía. Mientras tanto el condenado creía que era su sangre la que estaba disminuyendo. Con el pasar del tiempo fue perdiendo color, quedando cada vez más pálido. Cuando el científico cerró por completo la válvula, el condenado tuvo un paro cardíaco y murió, sin ni siquiera haber perdido una gota de sangre.


El científico consiguió probar que la mente humana cumple, al pie de la letra, todo lo que le es enviado y es aceptado por el individuo, sea positivo o negativo y que tal acción envuelve todo el organismo, sea en la parte orgánica o psíquica. Esta historia es un alerta para que filtremos lo que nos envía nuestra mente, pues ella no distingue lo real de la fantasía, lo cierto de lo equivocado, simplemente graba y cumple lo que le es enviado.


"Quien piensa en fracasar, ya fracasó antes de intentar".

BAMBÚ JAPONÉS


No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad,no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad,este bambú estaba generando un complejo sistema de raícesque le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana,muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasionesestaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…

Estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblementecreando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxitocuando éste al fin se materialice.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...quizá sólo estés echando raíces...



Autor desconocido

REÍR LLORANDO


Por Juan de Dios Peza


Viendo a Garrik, actor de la Inglaterra,
el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz.
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo- un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.

-Viajad y os distraeréis -Tanto he viajado.
-Las lecturas buscad -Tanto he leido.
-Que os ame una mujer - ¡Si soy amado!
-Un título adquirid -Noble he nacido.
¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas.
- ¿De lisonjas gustáis ? - ¡Tantas escucho!
-¿Que tenéis de familia?...-Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho.

¿De vuestra vida actual tenéis testigos?
- Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.

-Me deja- agrega el médico -perplejo vuestro mal,
y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik podéis curaros.

-¿A Garrik ? -Sí, a Garrik...
La más remisa y austera sociedad lo busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa!
-Y a mí me hará reír?-Ah, sí, os lo juro!;
él, sí, nada más él... Mas ¿qué os inquieta?...
-Así -dijo el enfermo -no me curo:
¡Yo soy Garrik! Cambiádme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el autor suicida
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto;
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
Escucha el poema recitado por Rodrigo Correa Palacio en:

sábado, 10 de mayo de 2008

UNA LECCIÓN DE HISTORIA


En algunos lugares del mundo moderno, el estado multa con más de doscientos dólares por agredir – voluntaria o involuntariamente – a un gato, un perro o un canario. En esos mismos lugares, el gobierno – el Estado – le otorga a la “madre soltera” una cantidad sobre los doscientos dólares para “hacerse” un aborto. ¡Qué paradoja dolorosa e insostenible!

Las excusas son siempre las mismas: “el alto costo de la vida” (¡la vida!), la situación psicológica, social y económica de los futuros padres (¿padres?), ect.
Todo esto nos trae a la mente una interesante conversación entre un historiador y un médico abortista. El historiador le decía al segundo: “¿Qué recomendaría usted en este caso? Es una joven campesina, huérfana, empleada de un mesón, sin otros medios económicos, y quedó embarazada de un tal Piero de San Antonio. Su nombre es Caterina. El dueño del mesón le amenaza con expulsarla si sale embarazada”. El médico contestó con firmeza: “Recomendaría un aborto, desde luego, en base a la situación psicológica y económica de la afectada”.
“Déjeme decirle – replicó el primero – que esto sucedió en Vinci, un poblado del norte de Italia, en el año 1451. La madre dio a luz al niño y le bautizó bajo el nombre de Leonardo... Leonardo Da Vinci, pintor, arquitecto, matemático, científico, investigador y visionario, llamado el Hombre Universal, modelo del hombre perfecto durante el Renacimiento Italiano, y murió siendo terciario franciscano”.

“No sabía – contestó el médico – pero dime otro caso”. “Muy bien” – dijo el historiador - . “Su padre era alcohólico y sifilítico, su madre era tuberculosa y provenía de una familia de largo historial de problemas físicos y mentales”.

“No me digas más... es evidente que ese niño no debe nacer”.

“Pues el niño nació. Sucedió en Alemania en 1770 y se le puso por nombre Ludwig... Ludwig van Beethoven, considerado el mayor genio musical del Romanticismo, uno de los más grandes compositores de todos los tiempos y el primer músico emancipado que puso su arte al servicio de todos los hombres”.

“De modo semejante vinieron al mundo genios de la literatura como Edgar Allan Poe, o estadistas como Winston Churchill”.

Visiblemente molesto, el médico abortista ripostó diciendo: “Hasta el momento no me has hablado sino de genios del arte, la política, las ciencias y la música. ¿No tienes un caso de alguien diferente, por favor?”

“Sí, te mostraré un caso diferente”, -contestó el historiador. “Ella era una joven de un pequeño poblado y estaba comprometida para casarse. Al regresar de una visita a casa de su prima, resultó que tenía tres meses de embarazo y su futuro esposo, José, no era el padre natural de la criatura. Su futuro esposo podría repudiarla y cabía la posibilidad de ser señalada públicamente como adúltera. ¿Qué recomienda usted, doctor?”

Reinó un breve silencio. “No me atrevo a opinar... pero, esa criatura no debía nacer... aunque creo que me está hablando de ...”.

“Sí, ese mismo que pensaba” – respondió el historiador. “La mujer se llamaba María y su esposo se llamaba José. El niño fue llamado Jesús, que significa “Dios Salva”, ¡Dios salva! ¿Qué dices a esto, doctor?”
El médico volvió a su casa triste y apesadumbrado... el historiador durmió tranquilamente aquella noche.

¿COINCIDENCIAS?


Abraham Lincoln fué elegido al congreso en 1846.
John F. Kennedy fué elegido al congreso en 1946 .

Abraham Lincoln fué elegido Presidente en 1860.
John F. Kennedy fué elegido Presidente en 1960.

Ambos estuvieron muy interesados en mejorar los derechos civiles.

Las esposas de ambos perdieron hijos cuando todavía estaban en la Casa Blanca.

Ambos Presidentes fueron asesinados en un Viernes.

A ambos presidentes les dispararon en la cabeza.

Aquí es donde se pone un poco misteriosa la cosa:

La secretaria de Lincoln era de apellido Kennedy, y la secretaria de Kennedy era de apellido Lincoln.

Ambos fueron asesinados por sureños, y ambos fueron reemplazados por sureños con el mismo apellido: Johnson. Andrew Johnson, quien reemplazó a Lincoln, nació en 1808. Lyndon Johnson, quien reemplazó a Kennedy, nació en 1908 .

John Wilkes Booth, quien asesinó a Lincoln, nació en 1839. Lee Harvey Oswald, quien asesinó a Kennedy,
nació en 1939 .

Ambos asesinos usaban y se les conocía por sus 3 nombres, algo no muy practicado en la cultura norteamericana. La suma de las letras de ambos nombres te dan el mismo número: 15.

Ahora es cuando debes agarrarte de tu silla:

A Lincoln le dispararon adentro de un teatro llamado 'Ford'.A Kennedy le dispararon adentro de un coche 'Lincoln', hecho por la compañía 'Ford'.

Booth y Oswald fueron asesinados antes de ir a juicio.

Y para terminar de hacerlo más misterioso:

Una semana antes que lo mataran, Lincoln estuvo en Monroe, Maryland. Y una semana antes que lo mataran, Kennedy estuvo con Marilyn Monroe.

Es de que se te paren los pelos, ¿verdad?...
Puedes pasarle esta nota histórica a todos tus amigos,
pues la verdad, quizá ésta sea la única
lección de historia que a nadie le aburriría leer.

La historia de Pepe


El problema de tu vida no es lo que pasa a tu alrededor... sino la manera como dejes que esto te impacte, y la actitud cotidiana que ante la vida tienes. Les comparto esta historia, que tiene mucho tiempo circulando en la red, pero que no deja de ser interesante.

LA HISTORIA DE PEPE

Pepe era el tipo de persona que te encantaría ser. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, él respondía: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo"...
Era un gerente único porque tenía varias meseras que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que las meseras seguían a Pepe era por su actitud. Él era un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Pepe estaba ahí para decirle al empleado cómo ver el lado positivo de la situación.

Ver este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Pepe y le pregunté: No lo entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo. ¿Cómo lo haces...? Pepe respondió: "Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo, Pepe, tienes dos opciones hoy; puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Escojo estar de buen humor". "Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello". "Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida". Sí, claro, pero no es tan fácil, protesté. "Sí lo es", dijo Pepe. "Todo en la vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección". "Tú eliges cómo reaccionas ante cada situación, tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo, tú eliges estar de buen humor o de mal humor". "En resumen, TÚ ELIGES CÓMO VIVIR LA VIDA".

Reflexioné en lo que Pepe me dijo... Poco tiempo después, dejé la industria hotelera para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Pepe, cuando tenía que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar contra ella. Varios años más tarde, me enteré que Pepe hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante; dejó la puerta de atrás abierta y una mañana fue asaltado por tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon. Con mucha suerte, Pepe fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una clínica. Después de ocho horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Pepe fue dado de alta, aún con fragmentos de bala en su cuerpo.

Me encontré con Pepe seis meses después del accidente. Cuando le pregunté cómo estaba, me respondió: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo". Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó: “Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir". ¿No sentiste miedo? Le pregunté. Pepe continuó: “Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de los médicos y enfermeras, realmente me asusté. Podía leer en sus ojos: es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión”. ¿Qué hiciste? - pregunté. "Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo. Respirando profundo grité - ¡Sí, carajo, a las balas! Mientras reían, les dije: ¡Estoy escogiendo vivir!!!!! Opérenme como si estuviera vivo, no muerto". Pepe vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendió que cada día tenemos la elección de vivir plenamente.
La ACTITUD, al final, lo es todo.

PEQUEÑO MANUAL PARA LA VIDA



Por H. Jackson Brown


Hace algunos años leí que la responsabilidad de los padres no es allanarles el camino a los hijos, sino proporcionarles un mapa. Así pues, cuando mi hijo Adam se preparaba para ir a la Universidad, garabateé unos cuantos consejos y los guardé en una carpeta barata. Después de que su madre y yo lo ayudamos a instalarse en el dormitorio universitario, le entregué aquellas hojas encuadernadas.

Unos días más tarde, Adam me telefoneó para decirme: -Papá, el libro es uno de los mejores obsequios que he recibido en mi vida. Voy a ampliarlo, y algún día se lo daré a mi hijo.

De vez en cuando, la vida nos ofrece momentos tan preciosos, tan extraordinarios, que casi nos hacen resplandecer. Yo acababa de experimentar uno de esos momentos.

Estos fueron los consejos que le di a Adam:

Elogia a tres personas cada día.
Contempla el amanecer por lo menos una vez al año.
Déjales buena propina a las camareras que te sirvan el desayuno.
Mira a los ojos a las personas.

Di “gracias” con frecuencia.
Di “por favor” con frecuencia.
Gasta menos de lo que ganes.
Trata a la gente como quisieras que te trataran.
Dona sangre todos los años.
Haz nuevas amistades, pero cultiva las viejas.
Guarda los secretos.
No pierdas el tiempo aprendiendo las “artimañas del oficio”. Mejor aprende el oficio.
Reconoce tus errores.
Sé valiente. Si no lo eres, finge serlo; nadie advierte la diferencia.
Escoge una campaña de beneficencia en tu comunidad y apóyala generosamente con tiempo y dinero.
Utiliza las tarjetas de crédito sólo por comodidad; nunca por el crédito.
No engañes.
Fíjate un año como plazo para leer la Biblia de principio a fin.
Aprende a escuchar. A veces, las oportunidades tocan muy quedo a la puerta.
Nunca prives a nadie de la esperanza; puede ser lo único que una persona posea.
En tus oraciones no pidas cosas, sino sabiduría y valor.
No tomes decisiones cuando estés enojado.
Cuida tu postura física.
Cuando entres en un recinto, hazlo con determinación y confianza.
Nunca hables de negocios en un elevador. No sabes quién podría oírte.
Nunca pagues un trabajo hasta que esté concluido.
Sustituye la palabra problema por la palabra oportunidad.
Aléjate de las murmuraciones.
Cuídate de quien no tenga nada que perder.
Cuando afrontes una tarea difícil, procede como si fuera imposible fallar.
No aceptes más compromisos de los que puedas cumplir. Aprende a decir “no” con cortesía y presteza.
No esperes que la vida sea justa.
Nunca subestimes el poder del perdón.
No dudes en perder una batalla si esto te lleva a ganar la guerra.
Con respecto a los muebles y la ropa; si piensas usarlos durante cinco años o más, compra lo mejor que puedas pagar.
Sé atrevido y valiente. Cuando vuelvas la vista atrás, lamentarás más las cosas que no hayas hecho que aquellas que hiciste.
Olvídate de los comités. Las ideas nuevas, nobles y capaces de cambiar al mundo provienen siempre de una persona que trabaja sola.
Declara la guerra a la basura.
Los músicos callejeros son un tesoro. Detente un momento y escúchalos. Déjales luego un pequeño donativo.
Cuando arrostres un problema grave de salud, busca la opinión de tres médicos por lo menos.
No salgas de tu casa tras discutir con tu esposa.
Si obtienes servicios, alimentos o productos de mala calidad, notifícalo a la persona responsable. Los buenos administradores apreciarán la información.
No aplaces las cosas. Haz lo que sea preciso en el momento preciso.
Establece con claridad tus prioridades. Nadie, en su lecho de muerte, ha exclamado: ¡Caramba, si hubiera pasado más tiempo en la oficina!”
No temas decir: “No sé”.
Elabora una lista de 25 cosas que desees experimentar antes de morir. Llévala en tu cartera y consúltala con frecuencia.
Llama por teléfono a tu madre.

UNA HERMOSA HISTORIA PARA REFLEXIONAR


En una cena de beneficencia para una escuela de niños con capacidades especiales, el padre de un estudiante pronunció un discurso que nunca será olvidado por las personas que lo escucharon.

Después de felicitar y exaltar a la escuela y a todos los que trabajaban en ella, este padre hizo una pregunta: 'Cuando no hay agentes externos que interfieran con la naturaleza, el orden natural de las cosas alcanza la perfección. Pero mi hijo, Herbert, no puede aprender como otros niños lo hacen. No puede entender las cosas como otros niños. ¿Dónde está el orden natural de las cosas en mi hijo?'

La audiencia quedó impactada por la pregunta. El padre del niño continuó diciendo: 'Yo creo que cuando un niño como Herbert, física y mentalmente discapacitado viene al mundo, una oportunidad de ver la naturaleza humana se presenta, y se manifiesta en la forma en la que otras personas tratan a ese niño'. Entonces contó que un día caminaba con su hijo Herbert cerca de un parque donde algunos niños jugaban baseball. Herbert le preguntó a su padre: '¿Crees que me dejen jugar?'

Su padre sabía que a la mayoría de los niños nos les gustaría que alguien como Herbert jugara en su equipo, pero el padre también entendió que si le permitían jugar a su hijo, le darían un sentido de pertenencia muy necesario y la confianza de ser aceptado por otros a pesar de sus habilidades especiales.

El padre de Herbert se acercó a uno de los niños que estaban jugando yle preguntó (sin esperar mucho) si Herbert podría jugar. El niño miró alrededor por alguien que lo aconsejara y le dijo: Estamos perdiendo por seis carreras y el juego esta en la octava entrada. Supongo que puede unirse a nuestro equipo y trataremos de ponerlo al bate en la novena entrada'.
Herbert se desplazó con dificultad hasta la banca y con una amplia sonrisa, se puso la camisa del equipo mientras su padre lo contemplaba con lágrimas en los ojos por la emoción. Los otros niños vieron la felicidad del padre cuando su hijo era aceptado.

Al final de la octava entrada, el equipo de Herbert logró anotar algunas carreras pero aún estaban detrás en el marcador por tres. Al inicio de la novena entrada, Herbert se puso un guante y jugó en el jardín derecho. Aunque ninguna pelota llegó a Herbert, estaba obviamente extasiado sólo por estar en el juego y en el campo, sonriendo de oreja a oreja mientras su padre lo animaba desde las graderías.

Al final de la novena entrada, el equipo de Herbert anotó de nuevo. Ahora con dos 'outs' y las bases llenas la carrera para obtener el triunfo era una posibilidad y Herbert era el siguiente en batear. Con esta oportunidad, ¿dejarían a Herbert batear y renunciar a la posibilidad de ganar el juego? Sorprendentemente, Herbert estaba al bate. Todos sabían que un solo 'hit' era imposible porque Herbert no sabía ni como agarrar el bate correctamente, mucho menos pegarle a la bola.

Sin embargo, mientras Herbert se paraba sobre la base, el 'pitcher', reconoció que el otro equipo estaba dispuesto a perder para permitirle a Herbert un gran momento en su vida, se movió unos pasos al frente y tiró la bola muy suavemente para que Herbert pudiera al menos hacer contacto con ella. El primer tiro llegó y Herbert abanicó torpemente y falló. El 'pitcher' de nuevo se adelantó unos pasos para tirar la bola suavemente hacia el bateador.

Cuando el tiro se realizó Herbert abanicó y golpeó la bola suavementejusto enfrente del 'pitcher'. El juego podría haber terminado. El 'pitcher' podría haber recogido la bola y haberla tirado a primera base. Herbert hubiera quedado fuera y habría sido el final del juego. Pero, el 'pitcher' tiró la bola sobre la cabeza del niño en primera base, fuera del alcance del resto de sus compañeros de equipo.

Todos desde las graderías y los jugadores de ambos equipos empezaron a gritar ¡Herbert corre a primera base, corre a primera! Nunca en su vida Herbert había corrido esa distancia, pero logró llegar a primera base. Corrió justo sobre la línea, con los ojos muy abiertos y sobresaltado.

Todos gritaban, ¡Corre a segunda! Recobrando el aliento, Herbert con dificultad corrió hacia la segunda base. Para el momento en que Herbert llegó a segunda base el niño del jardín derecho tenía la bola...el niño más pequeño en el equipo y que sabía que tenía la oportunidad de ser el héroe del día. El podía haber tirado la bola a segunda base, pero entendió las intenciones del 'pitcher' y tiró la bola alto sobre la cabeza del niño en tercera base.

Herbert corrió a tercera base mientras que los corredores delante de él hicieron un círculo alrededor de la base. Cuando Herbert llegó a tercera, los niños de ambos equipos, y los espectadores, estaban de pie gritando ¡corre a home, corre! Herbert corrió al 'home', se paró en la base y fue vitoreado como el héroe que bateó el 'grand slam' y ganó el juego para su equipo.

'Ese día', dijo el padre con lágrimas bajando por su rostro, 'los niños de ambos equipos ayudaron dándole a este mundo un trozo de verdadero amor y humanismo'.

Herbert no sobrevivió otro verano. Murió ese invierno, sin olvidar nunca haber sido el héroe y haber hecho a su padre muy feliz, haber llegado a casa y ver a su madre llorando de felicidad y ¡abrazando a su héroe del día!

UNA PEQUEÑA NOTA PARA ESTE MENSAJE:

Todos nosotros mandamos cientos de bromas por correo electrónico sin pensarlo dos veces, pero cuando nos llega un mensaje sobre las opciones de la vida, la gente duda.

Si estas pensando en reenviar este mensaje, existe la posibilidad de que estés pensando en las personas en tu libreta de contactos que no son las 'apropiadas' para este tipo de mensajes. Bueno, la persona que te envío esto piensa que todos juntos podemos hacer la diferencia. Nosotros tenemos miles de oportunidades cada día para ayudar a que se realice 'el orden natural de las cosas'.

Tantas interacciones entre personas aparentemente sin significado, nos presentan una elección: podemos transmitir una pequeña chispa de amor y humanismo o dejamos pasar esas oportunidades y permitir que el mundo se enfríe cada vez más.

Un hombre muy sabio dijo una vez que toda sociedad es juzgada por como trata a los menos afortunados entre ellos.


'LA CONCIENCIA REINA, PERO NO GOBIERNA.'

¿QUÉ HICE, DIOS MÍO?



Por: Noemí J. White


Maestra respetable…

Fui maestra durante veinte años, respetable maestra conocida sobre todo por mi fiel dedicación a la noble tarea del magisterio. En mi comunidad todo el mundo hablaba de lo mucho que yo enseñaba a los niños. “Esa sí que no pierde tiempo. Da gusto pasar por ese salón donde algunos muchachos son tan malos y ella los mantiene tan calladitos escuchándose sólo su voz”, exclamaban los profanos y quién sabe si uno o más de mis supervisores.

Mis discípulos…

No es posible olvidar a aquel grupo de muchachos que por algunos años fueron mis discípulos. Entre ellos había uno que era impulsivo, de gesto amenazante. Pepo era un morón que permanecía callado mirándome fijamente con sus profundos ojos azules. Luis vivía en la más triste de las miserias, siempre sucio, roto y desgreñado. Su conducta denunciaba irremediablemente las condiciones de su hogar. María, revoltosa, era una adolescente vivaracha, toda movimiento y gracia. Le prohibí terminantemente hablar con ninguno de los varones y que ninguno de ellos se acercara a ella. Opté por mantenerla aislada. Así podía evitar ciertos problemas que por su culpa aparecieron en mi salón, modelo de orden y disciplina. Carlos tenía modales rudos. Era áspero; ni en el patio ni en la calle respetaba a los compañeros, niñas o personas mayores. Eloísa me molestaba mucho con su continua tosecita seca. Apenas atendía a las lecciones. En el comedor escolar nunca quiso probar la leche.

Mis lecciones…

Mis clases eran arduas lecciones en las cuales se estudiaba a Cervantes, se conjugaban verbos y donde nadie se escapaba de aprender a perfección las reglas de acento. Mis alumnos dominaban la materia. ¡cómo se enorgullecía el Inspector de mi pueblo cuando los supervisores del Departamento solían visitarme! Y había que ver cómo me llamaban en todos los institutos para dar clases a los maestros nuevos.

¿Qué fue de ellos?

Seguramente ustedes me preguntarán: ¿ha vuelto a saber de sus discípulos? El niño impulsivo purga sus penas en una de las cárceles de distrito. Pepo, el morón, se bambolea contra las paredes, encerrado en un cuartucho de su hogar; Luis, pasea su miseria por la ciudad, mendigando en sucios andrajos un pedazo de pan de puerta en puerta. María, la vivaracha, es hoy una desgraciada. Carlos, el de modales bruscos, es un bohemio de arrabal. Acabo de enterarme que Eloísa ha muerto víctima de la plaga blanca . . .

Y yo . . . con lágrimas en los ojos, con profunda amargura me pregunto: ¿qué hice, Dios mío, por aquellos niños . . .?

¿Cómo nace un paradigma?


Eduardo A. Kovvalijszyn


"Es mas fácil desintegrar un átomo que una idea previa".
Albert Einstein

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas.

Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas.

Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.

Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:
- "No se, las cosas siempre se han hecho así aquí..." ¿Te suena conocido?

No pierdas la oportunidad de pasar esta historia a tus amigos, para que, de una o de otra manera, todos nos preguntemos por qué estamosgolpeando.... y por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si quizá las podemos hacer de otra MEJOR.

Actitud



Mientras más vivo, más me doy cuenta del impacto que tiene la actitud en mi vida. La actitud es más importante que los datos, el pasado, la educación, el dinero, las circunstancias, y que lo que otros piensen, digan o hagan. Es más importante que la apariencia, el talento y la habilidad. Puede llevar al éxito o al fracaso una empresa, una iglesia o un hogar.
Lo más notable es que todos los días estamos en posibilidad de elegir qué actitud adoptaremos. No podemos cambiar nuestro pasado. No podemos modificar la conducta de quienes nos rodean. No podemos evitar lo inevitable. La única cuerda que podemos pulsar es la que tenemos a nuestro alcance, y esa es la actitud. Estoy convencido que la vida es 10% lo que nos ocurre y 90% cómo reaccionamos a eso que nos ocurre. Y así es contigo. . . estamos en control de nuestras actitudes.


Charles Swindoll

viernes, 9 de mayo de 2008

DÉJAME CONTARTE ALGO DE MI MAMÁ


Yo tuve la mamá más mala del mundo. Mientras otros niños comían dulces para el desayuno, yo tenía que comer cereal, huevos y tostadas. Cuando otros tenían Coca Cola y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer arroz, habichuelas y carne. También para la cena me hacía comer diferente a los demás niños de mi barrio.

Pero, lo más que yo siento, es que yo era el único que cargaba este sufrimiento. Mi mamá siempre insistía en saber en dónde yo estaba. Ella tenía que saber quiénes eran mis amigos y qué hacía. Insistía demasiado en que si iba a estar una hora fuera de casa, debía ser una hora o menos, no una hora y un minuto. Siempre insistía en que dijera la verdad, aunque me costara casi la vida. Cada vez que quería hacer las cosas a mi manera, me castigaba. ¡Pueden ustedes imaginarse, pegarle a una criatura sólo por desobedecer! Ahora pueden darse cuenta de lo mala que era mi mamá.

Lo peor es esto que les voy a contar. Tenía que estar a las 9:00 p.m. y levantarme temprano al día siguiente. No se me permitía dormir hasta el mediodía como mis amiguitos. Así que, mientras ellos dormían, mi mamá tenía el valor de despertarme a trabajar. Yo tenía que limpiar el patio, hacer mi cama y toda una serie de trabajos crueles. A veces creo que se quedaba despierta por la noche tramando trabajos malos para que yo los hiciera al otro día.

Cuando llegué a la adolescencia, mi conducta era vigilada. Después de los 18 años me dejó ir a fiestas, pero sólo a las de la escuela e iglesia. Por eso digo que ella era un “fracaso” como madre. Fíjense de todo lo que me privó participar: nunca fui arrestado, no peleé con mis amigos, no jugué cartas por dinero, no pude fumar ni tomar licor, tampoco usé drogas, ni robé y no he fracasado en mi matrimonio. ¡Hay tantas cosas que yo no hice y que hicieron mis amigos!
Estoy tratando como padre de levantar a mis dos hijos, usando a mi Santa Madre como ejemplo. Me siento bien orgulloso cuando mis hijos me llaman “malo”. Le doy gracias a Dios por haberme dado la MADRE MÁS MALA DEL MUNDO.